Os dejo lo dicho en la zona negativa, coincido en un 100% con lo hay escrito e incluso algunas cosas mas dirÃa yo de esta engañifa...
spoilers
Battlestar Galactica ha terminado…
Escrito por José Torralba el dÃa 22 Marzo, 2009 =
… y yo estoy cabreado. Cabreado porque tengo la sensación de haber seguido un viaje maravilloso a través de cuatro (¿cinco?) temporadas magnÃficas que me habÃan hecho pensar que estábamos ante una de las mejores series de ciencia ficción de la historia de la televisión –con sus altibajos– para ahora darme cuenta de que nos han estafado en términos de coherencia argumental interna. El final no ha estado a la altura, y aquà y ahora vamos a decir por qué. Si no has visto el último capÃtulo emitido este viernes en Estados Unidos (BG s04e20: Daybreak part II) ni te acerques porque lo reventamos.
Como reflexión inicial, basta acudir a dos textos que ilustran mi opinión acerca de los finales en general, y de lo que ha supuesto el desarrollo de Battlestar Galactica en particular: el primero de ellos es justamente el artÃculo con el que debuté en Zona Negativa, y en el que aludÃa a la historia de Creso y Solón de Atenas para ilustrar la necesidad de las obras serializadas de cerrarse, de tener un broche de oro adecuado para poder hacer balance, ser valoradas y componer un todo expositivo con principio, final y objetivo. Esta necesidad es aún más relevante en los casos en que, por necesidades argumentales, diversos detalles y tramas se van entretejiendo para ser resueltos en el desenlace. Y es que, a diferencia de series como Los Soprano o El Ala Oeste de la Casa Blanca, por muy disfrutable que sea el viaje si el último capÃtulo se muestra ineficaz a la hora de cerrar todos los misterios abiertos, todos los cabos sueltos, se mancilla del primer episodio al último.
El segundo de los textos, publicado recientemente en la indispensable web Las Horas Perdidas, glosaba con acierto las caracterÃsticas que hacÃan de Galactica una serie diferente; caracterÃsticas entre la cuales brillaba con luz propia la ausencia de Deus ex machina –vulgo, resoluciones por la cara– en el transcurso de la serie. Cito literalmente: “Toda trama que es abierta a lo largo de la serie está profundamente meditada para la consecución del final que se avecina. Cada detalle tiene su razón de ser y nada existe porque sÃâ€. Como podéis ver, todo presagiaba un último capÃtulo a la altura.
PERO, llega el aciago dÃa 20 de marzo y… ¿qué nos encontramos? Un Deus ex machina en toda regla; incluso podrÃa decirse que, como corresponde a una obra que refiere con frecuencia a los mitos griegos, lo tenemos en su irónica concepción original: literalmente Dios aparece para solucionarlo todo, sin que se le haya visto el plumero antes o durante. No entraré en temas como esos flashbacks anticlimáticos salidos de Perdidos, la falta de épica (la entrada en Nueva Caprica o la sublime destrucción de la nave Resurrección tuvieron infinitamente más enjundia que esto) o el destino del antagonista principal de la serie (un Cavil al que después de proporcionarle uno de los mejores monólogos escritos jamás para una máquina se limita a un gag con teléfono a lo Gila y termina pegándose un tiro tras un simple “frakâ€). No me dedicaré a criticar eso, sino que iré directamente al fondo de la cuestión: Dios.
Comentario
Y es que la intervención divina resulta a estas horas patética por metida con calzador. Más, si cabe, teniendo en cuenta que Galactica siempre habÃa bordeado sabiamente el terreno entre la religión, la ciencia y la mitologÃa como para decantarse tanto por la más fácil de esas opciones en su cierre. La Inner Six de Baltar, el Inner Baltar de Caprica, Kara Thrace rediviva, suponemos que la nave nuevecita en la que apareció en el final de la tercera temporada también… todos ellos ángeles/resucitados de una divinidad omnisciente deseosa de llevar su planes a buen término, independientemente de que dichos planes consistiesen en determinados casos en auténticas masacres y demás sucesos contradictorios. Además, otros cabos sueltos tan destacables como el papel del último cylon en la historia (ese Daniel puesto ahà para confundir, aunque todos intuyamos quién es), la relevancia de Hera (¿por qué conocÃa las coordenadas de la Tierra?) o el misterioso viaje de Starbuck tras su fallecimiento (¿por qué fue a la Tierra?). Eso por no hablar de cómo se quedaron con los espectadores poniéndonos una Tierra que no era tal (la nuestra aparece aquà verde y resplandeciente). Todo enmascarado con un supuesto final feliz y un epÃlogo cachondo, irreverente e innecesariamente subrayado con imágenes de inteligencias artificiales a ritmo de All along the watchtower (versión de Hendrix, no de Dylan).
Falta coherencia, sobran recursos de última hora. Y lo peor es que habÃa material de sobra para cerrarlo todo bien sin necesidad de acudir a ese “porque Dios lo quiere asÆtan parecido a “porque hizo un trato con Mefistoâ€: Kara podrÃa haber sido –como todo apuntaba– la hija de Daniel; Galactica podrÃa haberse escapado por ese agujero negro que habÃa al lado de La Colonia para acabar, gracias a las dichosas coordenadas, en un punto en el pasado del espacio tiempo en que se hubiesen convertido en miembros fundadores de Kobol (dando sentido a ese “todo esto ya ha pasado y volverá a pasarâ€); y las visiones de Baltar y Caprica podrÃan haber sido esa tercera fuerza que sà se ha intuido a todo lo largo y ancho de la serie: la conciencia proyectada de unos hÃbridos deseosos de llevar la existencia de toda vida a su fin de cara a librarse de sus ataduras. Todo ello, indudablemente, habrÃa tenido que empezar a atarse unos capÃtulos antes de este Daybreak parte II, pero con un poco de esfuerzo se habrÃa conseguido.
¿Qué nos queda? Un viaje disfrutable –como dirÃa David Fernández– pero que no lleva a ninguna parte; unos cuantos billetes que se quedan en mi cartera en lugar de en una caja registradora de la FNAC; y dos pseudoproductos de dudoso interés: The Plan, una pelÃcula para televisión que se emitirá en noviembre, que cuenta la historia desde el punto de vista de los cylon y que poco puede añadir a lo ya visto; y Caprica, una serie spin-off de Galactica que trasladará la acción en clave de drama futurista a las Doce Colonias antes de su desaparición (sin space opera de por medio) y que habrÃa ganado muchÃsimo de haberse consumado ese final que proponÃa antes… Una serie derivada que podrÃa haberse convertido en una suerte de Fundación o El Fin de la Eternidad (con los protagonistas obligados a consumar el destino que llevara a las cosas a salir como tienen que salir) y que se va a quedar a una simple Gattaca.
Asà que ya veis… todo podrÃa haberse resuelto de una forma digna y coherente de manera que estuviésemos ante la mejor serie de ciencia ficción de la Historia. Dios, sin embargo, ha resultado ser una opción mucho más sencilla que ponerse a pensar…